martes, 1 de junio de 2010

Y LA NOCHE SE HIZO BLANCA... CON UNA PILA PETACA Y UNA VIEJA LINTERNA.



Hay elementos cuyo diseño parece único, no porque quien lo ideó lo hiciera exclusivo, sino más bien porque en la memoria de nuestros paisajes pasados aparece de forma reiterada sin tener vocación de individualidad, y sí más bien, porque sólo las veíamos a ellas. Es lo que le ocurre precisamente con un modelo de linterna Tximist que en efecto, vista ahora, parece que era la única fuente de luz autónoma que existía en los maravillosos años 80 e incluso antes.

Pero no sólo éso. La linterna, como un montón de elementos de aquella época, obligaba a usar un modelo de pila llamada "Pila Petaca" que hoy ya es muy difícil encontrar en el mercado. La pila, de un considerable tamaño, era muy habitual también en todas las manualidades típicas de E.G.B en que tocaba hacer un circuito técnico.

Tan habitual era tener que llevarla a clase, como que un compañero acabara con la lengua roja de chupar sus bornes con la excusa de no se que pseudo cosquilleo eléctrico. Eran años en que prácticamente todas las pilas eran de marca Tximist, y como representación de su supremacía ahora tranformada por el nombre de Cegasa, el anuncio inferior aparecido en la revista El Plantío que patrocina la lista de los mejores goleadores del Burgos de aquel año 1981.

En fin, tanto uno como otro, tanto linterna como pila, son más recuerdo que realidad comercial. Sin embargo, el mero hecho de que hayan iluminado parte de un tiempo, que hayan sido transportadas en las manos de un acomodador del Cordón, del Condal, del Ducal, el Tivoli o el Consulado; que primero nos ayudaba a sentarnos con su habitual eficacia de última hora y luego nos buscaba displicente para decir a todos los amigos que nos calláramos, cuando no tenía que apagarla para esconder los primeros escarceos con aquella muchacha que ya nunca olvidarás...; ¡Sólo por eso...! merece nuestro recuerdo ochentero pues de alguna forma ha iluminado parte de los mejores años de nuestra vida.


4 comentarios:

Pedro Ojeda Escudero dijo...

¡Ya no me acordaba de esa pila de petaca! ¿Alguien más hacia lo que yo de niño, poner la lengua para notar el calambre? ¿Soy yo el único raro?

Anónimo dijo...

Buenos días, BLOGOCHENTABURGOS:
Hoy vuestra entrada me ha encantado, muy especialmente.
Y me habéis dado una idea estupenda. Cogeré la linterna de mi padre, igualita que la vuestra, y me iré un rato a la cueva maravillosa del Señor De la Vega.
Llevándola no habrá pérdida.

Saludos. Gelu

vuelo605 dijo...

Me ha encantado la entrada. A mi siempre me gustaba tener la linterna lista por lo que pudiera pasar. Y sí, yo también ponía la lengua para notar el calambre.
Saludos

David dijo...

¿Ya no hay pilas de petaca? ¿Qué será lo próximo, que no haya negativos de 135? ;-)

Las pilas de petaca eran lo mejor para los circuitos de pretecnología, con esos polos era imposible no conectar bien los cables.