lunes, 21 de junio de 2010
THE GRAVE YARDS: TUPÉS, ROCK Y VIOLONCHELO PARA DEJARSE LOS DEDOS.
Ya conoceis a Juan Pablo "Swingingfloyd" . Hace unas semanas nos contaba cómo era la vida ochentera y a la vez rockabilly de un joven como él, en aquel Burgos que recibía los 80 con diferentes tribus en la calle, y con decenas de tendencias y modas en la ropa, la música y por supuesto el pelo.
Y es precisamente en el ámbito musical donde hoy nos quiere prentar a un grupo llamado THE GRAVE YARDS. Además de la narración qué él ha realizado os deja insertos unos vídeos grabados por un incipiente canal-54, que por aquel entonces estaba comenzando sus emisiones, y que era por lo tanto el único canal local de Burgos ciudad.
Juan Pablo dijo: Corria el año 1990 cuando el embrión de Graveyards ya se estaba gestando, aunque el deseo de montar una banda de Rockabilly ya estaba en nuestras enfermizas mentes desde hacía años. En el Instituto Simón de Colonia al que acudíamos casi todos los días a estudiar administrativo, desde el año 1985, mi amigo Eduardo "Pati" y yo, ya demostrábamos nuestras inquietudes musicales a base de escuchar los grupos punks, digamos del momento (si, amigos no sé si el rocker nace o se hace, pero para llegar a peinar tupé antes pasabas por algunas incertidumbres), Sex Pistols, Clash, Siniestro Total, U.k. Subs, y la variedad de crestas de colores de los recopilatorios de PUNK & DISODERLY, amén de acudir a la mayoría de conciertos que se celebraban en la ciudad en sitios míticos como el METROPOL, a ver bandas (desde esta web mando un saludo) como ULTIMO GOBIERNO, Prejuicio de Ranas, Vicio en el hospicio, La Guardia Vaticana, y demás grupos del rollo siniestro e industrial.
No sabiamos tocar un instrumento cuando teniamos la tierna edad de los 15 años, pero, ya teniamos un listado muy amplio de como se iban a llamar alguna de las bandas que fundaríamos en nuestra vida, como Profetas de la Decadencia, Frenopático kids o Píldora punk (o era rock???), íbamos vestidos siempre de negro, con unos jerseys que nuestras sufridas madres nos tejieron con todo su amor, y que llevábamos tanto en verano como en invierno, de pura lana, oyes; y con sus respectivas chapitas con logotipos anáquicos, a la mas sindical enseñanza de Johnny Rotten.
Pero, ete aquí, que el gusanillo del rockabilly se adentró via otorrina hacía nuestras inquietas neuronas, que hicieron que nuestra vestimenta cambiara radicalmente y se llenara de "mundo de colores", banderitas sureñas, parchecitos yankys y demás parafernalia rockerilla, léase pañuelos, lazos, gorras de paisano y hasta una gorrita confederada de color amarillo (discretita) y muy aborrecida por los compañeros de instituto, aparte de chaquetas beisboleras, cuanto más vistosas mejor, colores morados, rojos y amarillos decoraban sus mangas, y ésta no es la letra de una canción.
Pero, vamos, ya, sin más dilación al meollo de la cuestión, THE GRAVEYARDS, por todas nuestras amistades, sean rockers o no, es sabido de nuestra, llamémosle, enfermiza obsesión, de pasar los finales de las noches de los sábados de tertulia etílica en el cementerio de Burgos (espero que si fuera delito, haya preescrito), aunque no éramos los únicos, ya que en un par de ocasiones nos encontramos, con el consiguiente susto por ambas partes, de la "asociación/club Montauca" que realizaban psicofonias, mientras nosotros lo que organizábamos eran "psychobiladas", así que una tarde noche estando en una de nuestras maratonianas jornadas festivo lúdico rockabilleras en LA PECORA, auspiciadas, por aquel entonces, el no muy sufrido (lo que nos tuvieron que aguantar) Juancho, su hermano Carlos y su muy querida por nosotros madre, Nines (jolines Nines) y seguramente como banda sonora, la versión más punkabilly de la historia, del "Be-Bop-A.Lula", interpretada por DEMENTED ARE GO, banda que nos descubrió Francho Pedrosa, en uno de sus programas de los 40 Principales, confeccionado a nuestra imagen y semejanza para anunciar, siempre desinteresadamente, uno de nuestros números del fanzine LEY FRONTERIZA, y digo uno, porque, eso, sólo fue UNO.
Fue así como en vociferante y cantarina reunión de los grandes amigos que allí estábamos, Eduardo "Pati", Fran, Lerones, Pinto y Alberto donde decidimos montar una banda, llamados GRAVEYARDS, en homenaje a nuestras correrías nocturnas de película de serie B de los años 50, y el reparto de instrumentos que comprariamos y aprenderiamos raudamente a tocar, según, eso si, lo que normalmente interpretábamos mímicamente, lo que ahora se llama "air guitar", encaramados a las mesas de la parte alta de LA PECORA, al lado de la sufrida pantalla de vídeo, que se llevó consabidas duchas de cerveza y diversos empujones amén de alguna que otra, para nada deliberada, rotura.
Por tanto, la cosa quedaría así, Alberto, que no cuajó, como guitarrista, Eduardo, contrabajista, Lerones a la guitarra rítmica, Fran como gritón cantante y yo a la batería, Pinto sería el colaborador multiinstrumentista que llevaban las grandes bandas, dándole al banjo, que sinceramente, era un sonido que no aguantábamos demasiado, y el arpa de boca, que aguantábamos menos. Pero aunque parezca increible, aquello que parecía algo irrealizable se llevó a cabo.
Eramos muy chulos, y antes que nada, sin comprar un solo instrumento, ya teníamos nuestro local en San Isidro, que decoramos con infinidad de fotos, que podríamos llamar, erótico festivas y una bandera sureña, hasta que pasados cuatro meses, ya en la vorágine rockabilly empezaron a entrar instrumentos y "amplis" a dicho local, y fue cuando entonces, nos dimos cuenta de que... no había ni una sola fotografía "rocker idol" en sus cuatro paredes, así que no habiamos dado un solo compás cuando adornamos el desastrado local con la iconografía del momento, es decir, Elvis, Holly, Stray Cats, Demented..., Brioles, Resttless... y empezamos a invitar a nuestros amigos al local, a organizar las fiestas que no podiamos organizar en casa, al parecer nuestras madres no estaban por la labor de acoger a 10 o 12 tipos apestando a laca Nelly y con la frase "Cerveza, chicas y Rockabilly" constantemente en la boca.
Al no tener, pasados ya casi 6 meses, un buen guitarrista, lo único que hicimos en el local, aparte de fiestas y competiciones de "botellón" fue, ya por increíble que parezca, aprender a tocar los instrumentos, mención se merece Eduardo, de cómo había aprendido en tiempo record a "slappear" (pellizcar) las cuerdas de su mastodóntico contrabajo, donde se dejaba las yemas de los dedos, el pobre, en sus duras cuerdas de acero, no teníamos ni idea de que se usaban unas de nylon, así que en los conciertos que dimos, los que entendían mínimamente, de lo que era tocar un "slapbass" quedaban boquiabiertos de la destreza al golpear de Pati, y pensando ¿cómo era posible que mantuviera sus falanges sujetas a sus manos?.
Así que un fin de semana que yo había venido a Asturias, en una consoladora llamada a casa de mis tios, me dijeron a voz en grito, que habían encontrado a un rocker guitarrista que estaba dispuesto a tocar con nosotros, con la sorpresa más aún si cabe, de que era asturiano, y para mas señas de Mieres, así que se nos unió desde ese momento, Juan Angel, que pasó a llevar el mote de "El Mieres", a la guitarra solista. La banda ya estaba lista: batería, guitarra rítmica y solista, voz y contrabajo, empezaba lo duro de verdad, ensayos y crear canciones. Obviamente, nos costó lo nuestro, al principio, y para ser sinceros sonábamos como el centrifugado de una lavadora, todas las versiones que haciamos de rock & roll clásico parecían interpretadas por LARSEN tocando bajo un puente, pero todo se fue puliendo, dentro de lo que cabía.
Al medio año de empezar a ensayar nos ofrecieron, imagino que gracias a algún vecino de local que flipaba con nuestro sonido punkoide a tocar en EL CHIRINGUITO´S 2, en la calle Sagrada Familia, el 6 de Junio de 1993, si mal no recuerdo, donde se agotaron las 120 entradas y se inmortalizó en VHS, vinieron amigos rockers y psychos de toda la península y de regiones muy lejanas, es decir, de Santander y de Vitoria, y desgranamos nuestras versiones de Buddy Holly, The Quakes, Ilegales, Vince Taylor, Stray Cats, Bill Halley... a velocidad Ramoniana y espíritu psychobilly, no había canción que no aceleráramos hasta lo imposible, dimos rienda suelta a nuestras más bajas pasiones con un blues que interpretábamos cuando cantábamos sobre alguna canción en los bares a los que acudiamos, "El soy un guarro", donde el público, que misteriosamente se sabía la letra nos acompañaba al unísono, y lográbamos nuestra catarsis y el de algún impresionado oyente (Frankie), cuando interpretamos nuestro "Party in the graveyard", oda garagera y cuasi psicodélica de espíritu Cramps y Sonics a partes iguales.
El éxito de crítica y público de este primer concierto nos animó a seguir con nuestros ensayos, y sobre todo con nuestras fiestas en el local, y aunque parezca increíble, logramos subsanar nuestras carencias y dotar nuestras canciones de un sonido más limpio y afilado a la vez, sonando a, y no se me llena la boca al decirlo, de NEO ROCKABILLY, con nuestra canción "She´s a rocker" o "Rockin Fat Girl", dando casi un año después otro concierto en EL METROPOL, con menos público pero mejor sonido. Nos fijamos y deseábamos ser tan buenos como alguna de las bandas que vimos en los festivales BIG RUMBLE de inglaterra, eventos de psycho rockabilly donde Eduardo y yo con devoción vimos a bandas tan queridas por nosotros como, Frenzy, The Sharks, Demented..., Restless, Blue Cats, The Quakes, etc...
Nos dio tiempo, en 1994 a dar otro concierto, esta vez auspiciado por la cadena 40 Principales y el Canal 54, que lo inmortalizó y lo pasó a menudo por televisión, y teloneando a otros de nuestros ídolos del momento, ROCK & BORDES, donde ya claramente nuestro sonido dejó de ser, digamos psycho, a ser neo, eso si, ya no interpretábamos "Soy un guarro" que íbamos a salir en la tele, pero si interpretamos nuestra querida "Party in the graveyard" en su versión corta, ya que en el local llegaba, y según el "contento", ya me entendeís, que lleváramos, a durar hasta 40 minutos.
Entonces llegó lo que tenía que llegar, Fran tenía que irse a estudiar a Valladolid, y una cosa llevó a la otra, así que nos disolvimos. Se puede decir, por tanto, que en Burgos sólo existió una banda de rockabilly, hasta pasados un par de años de nuestra disolución, donde los hermanos y rockers de toda la vida Charlie y Luiggy, acompañados de Ramiro montaron una banda que todavía perdura y es conocida a nivel estatal LONESOME BOYS, y que este año abren uno de los festivales de rockabilly con más renombre del país, del que yo soy colaborador, el III BIG RUMBLE, en Pravia, Asturias, a celebrar entre el 23 y 26 de Julio. Así que no somos la única banda de rockabilly burgalés, pero si la primera, y la única de PSYCHOBILLY, de vuestra/mia ciudad.
Yo no dejé de tocar, lo hice en un par de bandas en Burgos, con mención reseñada a LOS MONGOLOS, donde dimos unos cuantos bolos por la ciudad y llegamos a tener un halo de leyenda, pero eso ya es otra historia.
Solo me queda reseñar algo que he dicho al principio, y como acepto correcciones, y en este caso de Chema, rocker de pro desde los anales..., el que fuera bajista de otra banda mítica burgalesa, La Guardia Vaticana, "Que es eso de incertidumbres? que el punk nos devolvió las canciones de 2 a tres minutos, como T REX o The New York Dolls, no esos dinosaurios del rock con una canción por cada cara del L.P. de 30 minutos, pero ya sabeis, sin los 50 no hubiera habido Glam, sin Glam no hubiera habido punk... si es que todo es una cadena... leñe!!!
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5 comentarios:
Esta entrada es la historia de la "movida burgalesa" contada en primera persona, aportando una enorme cantidad de datos que me han hecho recordar nombres y lugares. Enhorabuena por la entrada.
Me ha gustado mucho el relato
Genial relato! Gracias a todos aquello que hicieron que Burgos tuviera su pequeña movida!
Swinginfloyd, eres el puto AMO. (sólo detrás de Vinila)
oh!
los teddy boys!
qué recuerdos!
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