viernes, 12 de febrero de 2010
NIEVA EN BURGOS...
Nieva en Burgos. ¡No lo pienses!. Llega el fin de semana y en tu colegio os han ofrecido pasar el sábado en Pineda. La excursión cuesta 100 pesetas y sólo es obligatorio llevar ropa de abrigo y el bocadillo para comer. La diputación en esos años 80 ha invertido bastante dinero con la intención algo ingenua de crear una estación de esquí cerca de la ciudad. La nieve no se mantiene muchos días y eso desespera a políticos y técnicos de la institución provincial. Al salir de clase habéis ido a buscar cartones y plásticos a una tienda del barrio.
Cuando llegáis a pies del refugio de la estación Valle del Sol veis que hay remontes para esquiar pero... ¿qué es el esquí? ¿conoces a alguien que esquíe?. Lo has vito en la retransmisiones del UHF en Navidad desde algún país nórdico y un tal Francisco Fernández Ochoa es un tipo muy popular. En vuestro "Soto y Alonso" sin embargo no hay más fosforito que las cerillas con las que el conductor acaba de encender un Fortuna. No hay Mito ni Salomón, tampoco tejidos de gore-tex ni tablas de snowboard, y sin embargo, en la simpleza de unos plásticos deslizándose por las cuestas de Pineda, has encontrado las risas interminables con tu grupo de amigos.
Esas de las que ahora mismo te acuerdas mientras en Burgos ves nevar por la ventana..., aun reconociendo que ahora...; te cuesta más sonreír....
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5 comentarios:
El que tenía un bidón de plástico aplastado era el rey del mundo, el precursor de los actuales trineos que tanto abundan ahora.
Te tirabas de cualquier forma y sin casco. Los niños de ahora van equipados hasta los dientes, coderas, rodilleras, casco, guantes, ropa especial, trineo con freno,....
Aquella semana en las Aulas de la Naturaleza en 6º de EGB en el albergue "Valle del Sol", son de las cosas que no se olvidan.
¿Qué se podría hacer hoy con 100 pesetas?
Buenos días:
Lo que disfrutó mi hijo, en unas vacaciones de Semana Santa, que fuímos a Burgos, nevó y nos acercamos al Valle del Sol.
Saludos. Gelu
Yo no llegué ni a Pineda, me quedé sólo con el plástico deslizándome por las cuestas del pueblo, pero me ha hecho reflexionar lo de la sonrisa, es verdad que se veía la nieve con otra cara.
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