martes, 23 de febrero de 2010

UN POCO DE AGUA OXIGENADA... OTRO DE DISCRETA MERCROMINA... ¡Y YA ESTÁS LISTO PARA ECHARTE OTRA VEZ A LA CALLE!.


Desde luego que esa caja botiquín que tenéis en la imagen era menos común en los hogares ochenteros que la caja costurero que veíamos la semana anterior. Pero si que es cierto que en su blancura aséptica, este segundo regalo de Cola-cao destinado a la seguridad y la sanidad en casa, siempre guardaba un remedio simple, barato y común en los 80 para curar cualquier mal que tuviera que ver con heridas o derrames sanguíneos (y el hecho de estar todo el día en la calle les hacía muy habituales): El Agua Oxigenada y el Mercurio Cromo, más conocido como Mercromina.

Si tenemos en cuanta aquella tardes de fútbol callejerol, de pantalones cortos y rodillas que se raspaban contra el áspero asfalto; pueden ser incontables las botellas de uno y otro que hemos podido consumir en nuestra infancia. ¡Pero nada más...! en nuestro botiquines caseros además de estas dos composiciones como mucho existían unas pocas tiritas, algunas gasas, un termómetro de mercurio, ¡y eso sí!, había que tener mucho cuidado con que la herida no se hiciera con un hierro oxidado pues corría la leyenda de que a uno del barrio de al lado le habían tenido que poner la antitetánica... ¡nada más y nada menos que la anitetánica! o "la del tetanos" que era como realmente la lamábamos.

Hoy nuestros niños, ¡qué ya no juegan en la calle!, reciben cuidados de todo tipo y no es difícil ver en la bolsa de cualquier carricoche: agua destilada desionizada y ultrapura, povidona yodada, crema para no sé cuantas cosas, antiescozores, saca mucosidades, toallitas húmedas, bastoncillos, etc, etc, etc. Y como en un power point que hace unos meses corrió por los buzones mail, nosotros, sin todas esas cosas y se supone que con muchos más peligros, hemos crecido sin ningún problema lejos de la hiperprotección que hace hoy de nuestros hijos niños burbujas repletos de síntomas y variadas alergias.

Por ello el bote de mercromina y de agua oxigenada guardan el encanto de las cosas simples, sin grandes complicaciones, porque en los 80 no necesitábamos tantas especificidades sanitarias para haber sido una generación tremendamente sana y feliz... ¡Y así estamos de guapos a nuestros cuarenta! ¡anda...!



Si además..., al fin y al cabo..., la vida se resume en cinco botellas.

4 comentarios:

Noventera dijo...

já! que bueno lo de las botellas, espero seguir muchos años más en la tercera!

Ayla dijo...

La mercromina era fundamental en nuestras vidas, todos presumiamos de chorretones rojos en las piernas (es que era difícil acertar).

balint dijo...

La verdad que yo creo que estamos haciendo un poco flojuchos a las nuevas generaciones.
Suerte a los que esteis todavía por la 3ª botella, que yo ya estoy por la 4ª.

David dijo...

Joer, yo también estoy más cerca de la cuarta botella.
Con lo que hemos sido y para lo que hemos quedado, jejeje.

Estoy empezando a dudar de si la frase, "La herida se cura mejor al aire" es verídica o era por la falta de botiquín.