martes, 15 de marzo de 2011

MERCADO DE SAN BRUNO EN GAMONAL. LA PUJANZA DEL PEQUEÑO COMERCIO DE LOS 80.


Los espacios cambian. La ciudad se transforma día a día. Los negocios que un día funcionaron con fortaleza comercial, poco a poco van perdiendo clientela hacia otros modos de compra, hacia otros tiempos.

Algo parecido es lo que le ha ocurrido al Mercado de la Plaza de San Bruno en Gamonal. Un espacio rectangular que hacía manzana en medio de la plaza, y que los que hemos transitado por allí multitud de veces, hemos conocido funcionando en plenitud con todos los puestos ocupados en las tres plantas en que se distribuía el inmueble. Gente que iba y venía en plenos 80 con sus bolsas de tela o sus carros de la compra; Voces de comerciantes gritando las bondades de su género.

Para completar aquella oferta, además se ofrecían en los locales comerciales que ocupaban las lonjas exteriores todo tipo de negocios. Referente para muchos ochenteros de Gamonal era la tienda de deportes que el que fuera excelente jugador del Burgos C.F de los 70, Zamanillo, gestionaba en una de sus esquinas. También la peluquería Rodrigo donde muchos trataban de conseguir los pelos más a moda de los muchos posibles en los 80, y el bueno de Rodrigo trataba de conseguir sin creer mucho en aquellos inventos de juventud.




Pero la semana pasada las máquinas acallaron aquellos ecos de compras y de bullicio mañanero. El viejo mercado de San Bruno fue derribado para dar paso a un nuevo parque. Las máquinas acabaron en horas con años de gestión comercial y de contabilidad en pesetas, con recuerdos de tenderos y con momentos vividos de un edificio que, nos gustara o no, confería la imagen de manzana cerrada del barrio.


Ahora queda el solar y la planicie sobre la que tantos y tantas desarrollaron su labor, pesaron género en una vieja balanza y comenzaron con ilusión un negocio. Al final el tiempo y los nuevos usos de consumo seguramente han acabado con el mercado. Pero aquí queda su recuerdo...

¡Con una docena de huevos que has comprado para tu madre, un vaso de nocilla y una bolsa de leche de retortillo!. Casi nada...





2 comentarios:

Pilar dijo...

Ohhhh, un buen amigo mio vivía en esa plaza y yo visitaba mucho su casa. Una familia encantadora. Ahora la plaza cambiará mucho, supongo

vuelo605 dijo...

En esos bajos estaba el Ateneo. Recuerdo haber visto varias películas allí. En la tienda de deportes me compré mi primera camiseta de la selección en el mundial de Argentina 78.