martes, 15 de marzo de 2011

DÍA MUNDIAL DE LOS DERECHOS DEL CONSUMIDOR...



Hoy es el día mundial de los derechos del consumidor. Afortunadamente, mucho ha cambiado desde aquellos ochenta, en que las condiciones higiénico sanitarias y de venta de muchos de los productos que llegaban al consumidor adolecían de control de cualquier tipo.

Todos hemos visto en nuestras calles de Burgos (en mi caso la imagen la asocio con momentos de juego en el exterior) por aquellos años llegar furgonetas cargadas con garrafas de aceite que se vendían desde el mismo vehiculo. Las mujeres bajaban desde sus pisos con su mondedero en la mano, y volvían a subir con su garrafa dispuestas y confiadas en que aquel mejunje serviría para deleitar a toda la familia.

Fue sin embargo en la primavera de 1981, cuando las noticias de los medios de comunicación comienzan a hablar de una epidemia desconocida y de ámbito prácticamente nacional que lleva a muchos ciudadanos a la muerte cuando no a la más absoluta invalidez. Más tarde se le dio el nombre de -Síndrome del aceite tóxico- popularmente -Síndrome del aceite de colza-. Conclusión; aquellas garrafas en principo inocuas que se vendían en cualquier calle de Burgos y del resto de España, eran un veneno en forma de aceite que muchas veces llevaba en sus composición incluso aceites de coche usado.

A partir de ahí se promulgaron leyes de consumo, se elaboraron nuevas normativas alimenticias, se crearon puestos de inspectores de sanidad, oficinas de información, laboratorios públicos, pero, sobre todo, se concienció al consumidor de su obligación y su derecho amparado por la ley de reclamar ante las infracciones a que fuera sometido en su acto individual de consumo.

Seguramente quede mucho por hacer, pero por fortuna actualmente, la sensibilidad del consumidor en defensa de sus derechos ha cambiado a mejor. Atrás quedan aquellas malditas garrafas llenas de veneno oleaginoso, que muchas madres compraron y que, desgraciadamente, sirvió para destrozarles la vida en un asunto que no quedó nunca aclarado ni resuelto del todo.

De cualquier forma y aunque a nivel alimenticio hemos mejorado; hemos ido hacía atrás (y mucho) en nuestros derechos respecto a las compañías de telecomunicaciones en general. Recuerdo a la gente adulta de los 80 reclamando ante personas (con ADN) tanto en el edificio central de telefónica como en los bajos de plaza Bernardas, algo impensable hoy, en que puedes darte con un canto en los dientes si la máquina con la que hablas logra entenderte la primera respuesta de las miles que te va a realizar antes de no darte ninguna solución y cobrarte esa llamada a precio de coche de alta gama. ¡INDIGNANTE en pleno 2011!


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