Fue en 1983 cuando fue instalada frente a la vieja casa de cultura en la plaza de San Juan. La fotografía refleja el momento en que el fundador de la ciudad es bajado sobre su firme y blanco pedestal. Por aquel entonces en la plaza reinaba solitario el Pub Ficus, y cada tarde era un hervidero de gente alrededor de aquel bar musical.
A partir de aquel entonces, y hasta hace escasamente un mes, Diego Porcelos, cual vigía de la ciudad que el mismo fundó y de la cerrada oscuridad, ha visto pasar cada noche y cada madrugada de fin de semana a centenares de jóvenes que, como como guerreros medievales, pero exentos del matiz belicoso y sí poseedores de uno mucho más lúdico, se dirigían presurosos a las Bernardas.
La plaza para un ochentero iba indefectiblemente unida a la figura de Diego Porcelos. Es posible hasta que hayas tenido que esquivar su figura para ver alguno de los conciertos que antes se celebraban en la plaza San Juan y razón parece ser por la cual han decidido su traslado.
La plaza ahora luce en plena construcción de la nueva casa de cultura sin la figura y su montura, en una decisión que a algunos les parece equivocada. Si al entorno del museo de la evolución humana se le quiere dotar de una imagen de modernidad urbana y científica, no parece que la presencia de un caballero medieval tenga mucho que ver con esos motivos.
Y tú... ochentero que siempre lo viste a tu derecha mientras caminabas en formidables tránsitos procesionales a las bernardas, en decenas de juergas interminables y en noches de risas, vino y rosas...
¿A ti qué te parece...?
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11 comentarios:
Uno de los espacios más hermosos de Burgos. Veremos después de las obras.
A mi tampoco me pega nada junto al museo de la Evolución, mejor donde estaba
Me he fijado en las últimas vistas del video que muestran la torre y la foto que sigue para comparar, y veo que algo han quitado a ambos lados de la torre
Yo creo que está bien el cambio, para el tema de hacer espectáculos en la plaza, aunque se le echará de menos por ahí al Conde.
Buena apreciación anónimo faltan dos puntas.
Si esa escultura hablara...., todos los fines de semana le saludabamos camino de la llana a las bernardas.
Hermano, bajo el trasero del caballo caminaban los peregrinos del Señor y los del tabernario.
Nos acostumbraremos, no sé si me gusta o no, pero va a parecer la ciudad de los jinetes...
Por cierto, seguimos sin la biblioteca pública de la plaza S. Juan. Y va ya para 7 años la vergüenza. Mientras tanto han ido metiendo los libros en distintos cuchitriles indignos, tanto para los usuarios como para los trabajadores de la biblioteca. Tan bochornoso que hasta Diego Porcelos se ha largado de ahí.
Pues desde vuestra formación: A REIVINDICAR SU VUELTA A VIVA VOZ Y SIN COMPLEJOS
Pues a mi no me disgusta el cambio, está bien visible en su nueva ubicación y si encima dejan los alrededores apañados, mejor que mejor.
Saludos.
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