Apareció publicado en la edición de -El Correo de Burgos EL MUNDO- del pasado viernes día 13 (qué título más ochentero por otra parte). Ricardo García Ureta, periodísta del citado periódico, y ochentero burgalés reconocido por todos en muchisimos momentos de barras, de charlas, y también de deportes, disertaba en su columna de Opinión sobre el comienzo de la primavera y las nostalgías que venían a su mente en forma de bares, de lugares, de bebidas y momentos vividos. En definitiva, un articulo fantástico que os repreduzco aquí para deleite y ejercicio de memoria colectiva de todos vosotros...; que es a lo que aquí nos dedicamos, por otra parte.
Ricardo García Ureta dijo en El Correo de Burgos:
Para el lector que tenga algo más de 40 años o algunos menos de 30 lo que sigue no les sonará en absoluto pero aquellos que vamos camino de terminar la treintena si nos reconocemos al recordar nuestros años juveniles en los templos de la movida nocturna burgalesa de los ochenta. Porque de eso van estas líneas que se han cocinado al calor del primer día de primavera.
Con la buena disposición anímica que te deja un día tan soleado como el de ayer daban ganas de sentarse en una terraza a tomar una cervecita con algún amiguete. Pero hay que trabajar –pensaba yo- mejor sería UNA EN DOS VASOS. Y, claro, en ese mismo instante se me abrió en melón de la NOSTALGIA acordándome de tantas y tantas tardes y noches en Las Llanas compartiendo una cerveza en dos vasos, que era lo que se pedía a mediados de los 80.
Era entrar por la puerta del mítico Púb. –El Diablo Cojuelo- y ya estabas pidiendo una Keler negra en dos vasos; pasabas a la Pécora y lo mismo. Subías al Sector 22 y a compartir cerveza. Y, un tanto averiado, rematabas faena en El Metropól. Pero allí no se pedía cerveza había que tomar aquel Baileis casero a veinte duros el medio vaso. Aún recuerdo su sabor, igual que el de los “platanitos” en el bar del Partido Comunista –siempre acompañados de un vaso de plástico lleno de aceitunas, cebolletas y trozos de pepinillo.
-Era entrar por la puerta del mítico “El Diablo Cojuelo” y ya estabas pidiendo una Keler negra en dos vasos.-
El ritual de la cerveza en dos vasos era, en realidad, una tontería porque las más de las veces pedíamos lo mismo otra vez con lo que hubiera sido más razonable que cada uno se pidiera una cerveza entera y listo. Pero compartir una cerveza negra tenía más ritual, era más llamativo para los que empezábamos a salir por las noches. Esta noche pasada hubiera sido perfecta para que los quinceañeros de hace veinte años hubiéramos empezado la tarde tomando algún que otro moscatel en la calle San Juan antes de acercarnos a Las llanas para disfrutar de la charla en una tarde apacible sentados en las escaleras de La Plaza de los Castaños, comiendo pipas y bebiendo una Keler repartida en dos vasos.
Claro que entonces quedábamos a las ocho y pico y no a las doce de la noche y, aunque no lo crean, el que fuéramos retrasando la hora de salir de fiesta es lo peor que ha pasado a la hostelería nocturna. Si ya lo dice la canción: - a partir de las siete sólo te dan las ocho -
6 comentarios:
Me gusta el lema de este blog (con el que me identifico) tanto como el articulo que reproduces del periodísta. un saludo
qué bueno, es verdad: ahora pides dos vasos para compartir cualquier bebida y te miran mal...
Me ha encantado este artículo, no solo se pedían Keller en dos vasos (era cara) también tónicas, refrescos y hasta San Miguel allí donde no tenían grifo de cerveza.Que bueno recordar lá especialidad de cada bar
Al hilo de este post decir que Keler era una cerveza muy apreciada y común en todas las barras de los 80, principios de los 90. Además muy apetecible por algunos por su gusto. Hoy sin embargo queda omnipresente en el Pais Vasco pero ha desaparecido de los comercios de nuestra ciudad. En Burgos sólo puede encontrase en uno que hay yendo hacia Madrid a la derecha, de apellido COR. Algunos bares siguen teniéndola pero es poco apreciada y consumida. Una pena¡¡¡ Felicidades por este buen sitio web
El día 1 de mayo que viene hará 20 años exactos que cerró El Diablo Cojuelo. ¡Qué recuerdos!
Y usted señor Karraskedo queda aquí emplazado para que algún día nos les cuente en forma de post. Sería un placer publicarlo. Un saludo.
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