sábado, 15 de noviembre de 2008

PEÑA TAURINA: DE RONDAS Y CHATOS POR LA CALLE AVELLANOS.



Es hoy una de las habituales de Blogochentaburgos, Elvira Rilova, la que nos hace la entrada de bares del fin de semana con los recuerdos que ella guarda de uno de ellos; La Peña Taurina que estaba ubicada en la confluencia de las calles San Gil y Avellanos.

Elvira Rilova dijo: En cuestión de bares soy terriblemente infiel. Tengo la costrumbre de acudir durante meses al mismo lugar y después, aburrida por la rutina, abandonarlo como a un trapo, tras fijarme en bares mucho más nuevos y atractivos. Luego descubro que mis primeros amores han desaparecido bajo las palas de una excavadora o cambiado de nombre, o peor, de ambiente, y me entra una congoja horrible por no haberme despedido de ellos en condiciones. Pero a lo mejor este es un fenómeno que solo nos ocurre en mi pandilla (si los que me leeis también sufrís el síndrome, comunicádmelo, pues me quedaré más tranquila).

La peña Taurina fue uno de los bares que padecieron mi indiferencia después de haber sido mi segunda casa durante mucho tiempo. Ubicada en la confluencia de las calles Avellanos y San Gil, era el típico bar baratillo y con buen rollo al que acudíamos a beber antes de lanzarnos a bailar desefrenadamente en los pubs de la Flora.

Este local (he investigado), pertenecía a la burgalesa Peña Taurina, que a pesar de lo decaído que está el mundo del toro (gracias a los activistas y a las faenas de Francisco Rivera) siguen organizando actos relacionados con la fiesta nacional (chapeau por ellos). Se trataba de un bar alargado, con un espacio al fondo donde había una improvisada pista de baile y en contra de lo que se pudiera pensar no contaba con ningún tipo de decoración costumbrista ni pintoresca, lease capotes, mantillas, cabezas de astados, guitarras o geranios, ni siquiera había una flamenca de plástico de esas que todos teníamos encima de la tele. Era un bareto de lo más normal. Los propietarios seguramente pensaron con buen tino, que estos adornos no se sobrepondrían a los posibles expolios de un Sanpedro burgalés, pero hubiera sido un buen punto a su favor, sobre todo a la hora de atraer a los escasos guiris que nos visitan de cuando en cuando.

Pero dejando a un lado mis preferencias estéticas en cuanto a bares se refiere, he de decir que la Peña, contaba con una amplia selección de chatos para el que hiciese la ronda de los vinos de la calle Avellanos. Además ofrecían brebajes altamente embriagatorios como una gran variedad de chupitos, los ya citados en este blog "Machacaos" (mezcla muy famosa por aquel entonces consistente en tequila y seven-up, que se golpeaba sobre la barra y se ingería sin miramientos para poder sentir las burbujillas bajando por la garganta), y el que era mi favorito, un cóctel que llevaba ginebra, blue-coraçao y granadina. Desconozco el nombre de pila de este potinge, pero entre mis amigos se conocía como "Agua de fregona" por el dudoso color que ofrecía. A pesar de todo, era exquisito.

La música del local era rockera en líneas generales, como no podía ser de otra manera, y pachanguera esporádicamente. Era la época que pegaban fuerte los Héroes del Silencio, Platero y tu , Extremoduro y otros por el estilo. Después de varias "Fregonas" todos cantábamos a grito pelado eso de "Quiero ser más rápido que ellos, echar todo a perder un día tras otro...", canción que curiosamente ha sido la banda sonora de los Encierros de Pamplona en las retrasmisiones de la Primera este año. Curiosa analogía, ¿No creeis?

Un buen día, conocí otro bar, la Teja, más pequeño, más mono y mucho más pijo, y me mudé alli, dejando a la Peña desolada. La ignoré por completo hasta que hace poco pasé por su puerta, vi que no existía y se me puso un nudo en la garganta...Es que esto de los ex, a veces, es muy complicado...

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Con el club de esgrima formaban un duo de baratos que han llenado muchos vasos

Anónimo dijo...

El Delmi antes era la Peña Taurina????????? Qué fuerte!!! Tantas noches de machacaos sin saber ese dato. Me ha encantado el post.

Anónimo dijo...

Se que te gusta Ghosty tanto o más que tu "admiración" por el "gran" toreo de Fran Rivera

Anónimo dijo...

Junto con la peña El nido y alguno más, eran sociedades típicas de bebida barata, partida y dominó.

Anónimo dijo...

Con mis 20 años también pasé horas y horas en la peña taurina tomando rojos y azules. Por aquel entonces lo regentaba un tal Edu, que creo que lo sigue llevando. Una noche entre rojos y azules un amigo se llevó uno de los cuadros allí colgados. El alcohol hace estragos.

Pedro Ojeda Escudero dijo...

Sin que me apasionen los toros, me gustan los bares llenos de carteles taurinos. Qué cosas.

Anónimo dijo...

Jajajaja no lo dudes, fan loca de Rivera Ordoñez... Le sigo por todas las plazas de España jajajaja. No, en serio, este finde volví a Burgos y cuándo pasé por ahí, me acordé de lo de la Peña Taurina. Me sigue pareciendo tan genial!!!
Un saludo

Anónimo dijo...

Joer, la Peña El Nido. Ahí sí que he tomado cachis de cerveza a las 6 de la tarde. ¡¡ Qué pronto salíamos con 16 años !! Claro que había que estar pronto en casa.

El último autobus regular de Gamonal subía a las 22:30 (o algo así). Coger el autobus de las 12 sí que era una odisea.

Había otro bar mítico en mi juventud al final de la calle Fernán González en el que tres cachis de calimocho costaban 700 ptas. Ese bar puso de moda a Camela.