martes, 19 de mayo de 2009

TODO... TODO... ¿TODO ESTÁ EN LOS LIBROS?




-Todo Todo Todo está en los libros- era una formidable sintonía entradilla de un programa literario de los 80, que llevaba el mismo nombre, y que podéis escuchar al final. El Domingo 18 se celebró el día de internet con nuevos retos y con el anuncio público de nuevas tecnologías que se irán implantando en nuestra vida poco a poco. En un primer vistazo a lo cotidiano, podemos analizar por nuestra generación cómo conocimos y recibimos nosotros el conocimiento y cómo nos llega ahora y no digamos a las futuras generaciones.

Quién no tuvo los volúmenes regalados por la caja (tras una segura y no pequeña imposición) de las viejas enciclopedias como la que vemos arriba o la excelente colección de literatura clásica que con treinta títulos decoraba nuestras paredes y que alguno quizá leyó completa. Hoy tenemos toda la información posible gracias a buscadores como Google, mientras se desarrolla otro robot de búsqueda que contesta exactamente a las preguntas que le hagamos en los mismos términos que la hemos expuesto. A nivel literario el mercado está a la expectativa de introduicr el libro electrónico como miles de posibilidades técnicas. ¿Seremos capaces de renunciar a las páginas de papel? ¿O ya nadie nos apeará del encanto de las tapas duras y el olor a tinta impresa?.

Si hablamos de los sistemas de información cartográfica; un regalo tan ochentero por Navidad como era el Atlas que te ayudaba en clases y trabajos de E.G.B, ha sido por supuesto superado por los visores que, como Google Earth, te permite vislumbrar el mercado de hortalizas de los miércoles entre la Plaza de Toros y el burgalés campo de Fútbol del Plantio con total nitidez.
En definitiva un abanico de posibilidades ante nosotros que en un mundo cambiante por horas, y con el recordatorio del día de internet, nos hace plantearnos retos que seguro nuestros hijos asimilarán como esponjas (a veces en exceso) y que a los ochenteros de toda la vida nos resultaran opciones para elegir entre lo nuevo y lo que conocimos en nuestra adolescencia y juventud cuando; Todo... Todo... Todo... ¡estaba en los libros...!





5 comentarios:

Noventera dijo...

La de enciclopedias y bibliografía que había que consultar para hacer un trabajo escolar...y las imágenes, fotocopiadas en blanco y negro y pegadas de mala manera.

Marcos City dijo...

Yo creo que nunca me haré al libro electrónico, pero habrá que probarlo desde luego.

j . dijo...

Brindo por todo lo nuevo, pero no quiero dejar en el olvido lo pasado.

balint dijo...

Tengo en casa de mis padres los 3 libros que salen en las fotos, la enciclopedia, los grandes clasicos de la literatura, (creo que estos dos los dieron en las cajas supongo que poniendo un plazo fijo) y el atlas ese verde, en la Burgos todavía estaba en Castilla La Vieja.

Que será de aquellas tardes que te pasaban copiando y fotocopiando enciclopedias para hacer los trabajitos en la máquina de escribir Olivetti.

David dijo...

Umberto Eco acaba de decir "Si tuviera que dejar un mensaje de futuro para la Humanidad, lo haría en un libro en papel y no en un disquete electrónico".

El tacto del papel es inigualable, aunque sea de rugoso como el de los libros de literatura clásica. El primer libro 'serio' que me leí fue Miguel Strogoff, de la serie verde, aunque antes ya había devorado los de El Barco de Vapor, de la serie naranja que los de la roja eran para más mayores, El Pirata Garrapata, Fray Perico y su Borrico o La Nariz de Moritz.