Vienen hoy hasta Blogochentaburgos los recuerdos que Sara García nos manda en forma de colaboración desde su ubicación actual en León, pero desentrañando los recuerdos de su infancia y juventud como vecina de la calle San Francisco. En ellos Sara refleja lo que era el Parque del Castillo en los años 80; lugar por aquel entonces muy alejado de su estado y visión actual, y mucho más cercano a un inhóspito lugar refugio de lumpen y marginalidad delictiva.
Sara García dijo: Llego por vez primera como colaboradora a este Blog del cual soy incondicional y en el que me lo paso francamente bien. Y lo hago porque acabo de estar en Burgos (mi infancia ochentera se ha desarrollado en la calle San Francisco y allí siguen mis padres) y he subido a hacer fotos con los niños al parque del Castillo. Allí, y gracias a su fabuloso estado actual, me ha dado por recordar lo que era cuando yo tenía 12 o 13 años y observaba sus laderas como un lugar infranqueable y al que tus mayores te decían que no debías ir.
Para empezar era un sitio absolutamente descuidado donde la hierba y los matojos casi podían tapar a un niño. Salvo las zonas ocupadas por los depósitos de agua que tenían un guarda que vivía allí constantemente, y algún que otro paseante de los que vivían en las zonas altas de la ciudad de "toda la vida" y que paseaban por sus senderos como si fuese un terreno que les perteneciese, por el Castillo sólo deambulaban "yonquis" de los que abundaban por culpa de la maldita heroína de los 80, y todo tipo de delincuencia relacionada como: camellos, choricillos, y gitanos que tomaron esa parte de la ciudad para sus trapicheos habituales.
Un panorama desolador que hacía que aquello fuese un lugar inhóspito al que encima no acudía la Policía salvo cuando ocurría alguno de los habituales robos y demás incidentes. Y es que para colmo El Castillo figuraba en las guias turísticas de Burgos como visita recomendada, lo que hacía que lo pobres "guiris" que nos visitaban cayeran como moscas y fueran "desplumados" de cámaras, carteras, y se fueran con un buen susto en el cuerpo.
Los chavales del barrio pese a la prohibición, y quizá por ello, hacíamos incursiones por las laderas de la Camposa y ¡ oh ingenuos ! encontrábamos peligrosas jeringuillas y profilácticos sexuales de todo tipo; cuando no el propio acto primero de la inyección, o el segundo de fecundación. Muchos amigos mios decían haber subido solos hasta las ruinas y contaban fabulosas historias (casi siempre inventadas) de persecuciones y heroicidades adolescentes.
Afortunadamente ya a principios de los 90 la corporación municipal y el inolvidable concejal José Sagredo (que además a muchos nos dio clases de historia) decidió recuperar este magnifico espacio para la ciudad y dotarlo de contenidos y de la inexistente hasta entonces seguridad ciudadana. Si bien es cierto que el cambio entre la población drogodependiente de la heroína por otro tipo de drogas, también hizo bastante en la consecución de un buen final. Hoy escribo ésto después de pasear tranquilamente por allí con mis hijos y, desde la cercana distancia, me vanaglorio del estado de un maravilloso cerro a la falda del cual crecí en plenos años 80. ¡Felicidades por el blog!. Un saludo a todos y a disfrutar del castillo.
Afortunadamente ya a principios de los 90 la corporación municipal y el inolvidable concejal José Sagredo (que además a muchos nos dio clases de historia) decidió recuperar este magnifico espacio para la ciudad y dotarlo de contenidos y de la inexistente hasta entonces seguridad ciudadana. Si bien es cierto que el cambio entre la población drogodependiente de la heroína por otro tipo de drogas, también hizo bastante en la consecución de un buen final. Hoy escribo ésto después de pasear tranquilamente por allí con mis hijos y, desde la cercana distancia, me vanaglorio del estado de un maravilloso cerro a la falda del cual crecí en plenos años 80. ¡Felicidades por el blog!. Un saludo a todos y a disfrutar del castillo.
*Imagen 2: Estado del Castillo en la actualidad.*Imagen 3: Depósitos de Aguas de Burgos en la subida al cerro de san Miguel.
*Imagen 4: Reconstrucción en maqueta del estado original del Castillo antes de su voladura por tropas napoleónicas.
6 comentarios:
Es cierto,sara, en aquella época estaba prohibídisimo subir al Castillo!
Recuerdo que entre unas ruinas vivía un mendigo al que llamaban la Fiera o el Animal, algo así,
(lo que ya da una idea del carácter que se gastaba el angelito), y las escasas veces que subí a pasear en bici con mi padre, me moría de miedo al ver su guarida...
ahora ha perdido misterio
La verdad que es una de las grandes mejoras que se han hecho en Burgos. De hecho, la primera vez que subí al castillo fue después de la reforma.
Pues en los 50 TODOS al Castillo.
Por entonces, yo vivia en una zona estratéjica. Veia por la ventana venir todo tipo de familias que subian al castillo. Una de ellas era la propietaria en aquel tiempo del Diario de Burgos.
Era "Fuentes Blancas" de la época.
En la fortaleza vivian dos familias empleadas del Ayuntamiento. No tenian agua en sus casas así que iban a buscarla a la fuente de Fernan Gonzalez.
Uno de los empleados fué dulzainero del Ayuntamiento. Creo que se apellidaba Obejero. Y sus hijos de mi misma edad, iban al colegio del Circulo Católico.
El animal que, además, era prácticante habitual del exhibicionismo y el onanismo.
Gracias por tu apunte, Sara! Menos mal que hasta hoy ignoraba a que dedicaba su tiempo libre el famoso Animal, de lo contrario,hubiera tenido pesadillas aseguradas hasta los 14 fijo!
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