sábado, 9 de mayo de 2009
NO ERA UN BAR... NO ERA UN PUB... ERA...: EL ÚLTIMO RECURSO.
...No era un bar pero como si lo fuera. "EL ÚLTIMO RECURSO" era una pequeña tienda de frutos secos y chucherías en la Llana de Afuera (20 años después quizá por la académica influencia de Leticia Savater se les llama "Chupichusquis") que, abierta hasta altas horas de la madrugada y como su propio nombre indica era el final de una noche que después decenas de cañas, cachis, palizas, zurracapote, platanítos y mezclas varias, acababa entre pipas, palomitas, bollería de repostería Martinez y bolsas de pispejos varios envadas por el mismo establecimiento.
El hombre que gestionaba su pequeño oasis de bolsas y gominolas era de aspecto orondo y bonachón y, tras sus gafas de modelo ochentero, se escondía una mirada que se posaba rápidamente en los estantes y en los dosificadores, en las pipas Babieca y en los bollos de Briviesca, repartiendo con maestría su recompensa entre todas las criaturas de la noche antes de la batalla de Las Bernardas.
Hoy "El Último Recurso" tiene sus puertas cerradas y a su alrededor proliferan como final de la noche locales con nombres turcos que despachan una "cosa" llamada Kebap. Pero, en algunas madrugadas, cuando La Llana echa candados y cerraduras dicen algunos barrenderos que su tarea se transforma en inagotable; que de esa puerta verde surgen palomitas y cascos de pipas, que por debajo fluyen regalices rojos y avellanas tostadas... que una voz sin identificar en la inmensidad de la noche grita con eco que rebota en las paredes de la Catedral mientras se le oye pelar unas pipas: ¡EL ÚLTIMO RECURSO!.
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3 comentarios:
Un recuerdo para el Tío Andrés...
La de chucherías que he compardo yo a altas horas en El último recurso!!
Siempre hay un refugio así en la memoria.
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