Es hoy uno de los "grandes" de Blogochentaburgos ; Enrique Prieto Heras redactor de temas de radio burgalesa de los 80 el que, con la precisión que le caracteriza dado su excelente conocimiento del medio en aquellos años, nos ilustra sobre un clásico de los programas de las ondas burgalesas: EL LIBRO DE RECLAMACIONES. Un espacio nacido en plenos años 80 y que los Domingos por la mañana permite a la ciudadanía burgalesa expresar todas las quejas cotidianas (casi siempre al Ayuntamiento) sin cortapisa y logrando frente a las instituciones una eficacia en la resolución de problemas que para sí quisiera el Derecho Administrativo o cualquier formulario jurídico al uso.
Enrique Prieto Heras dijo: EL LIBRO DE RECLAMACIONES, PORQUE HAY QUE SABER ALGEBRA. ¿COMO ME LAS MARAVILLARIA YO?
Así comienza un espacio de Radio Castilla-Cadena Ser Burgos que los domingos a partir de las 12:10 aglutina a los burgaleses antes del aperitivo alrededor de los receptores de Onda Media. “El Libro de Reclamaciones” es un clásico del panorama radiofónico burgalés creado por Julio Nieto y César Ortega hace 25 años que se basa en la participación ciudadana donde los oyentes manifiestan con absoluta libertad sus quejas ó agradecimientos sobre diferentes aspectos de la ciudad y provincia: falta de limpieza en tal ó cual calle; que si hay que poner un semáforo en Condesa Mencía; el buen trato recibido por un paciente en la planta 20 del Hospital General Yagüe; que hace falta un autobús a la puerta de mi casa, lo bien o lo mal que lo hace el Alcalde, lo lejos que está la nueva estación del tren y un largo etcétera de cuestiones que domingo tras domingo y durante cincuenta minutos son atendidas y moderadas entre otros por Teresa Melgosa, Jesús Pino ó Francho Pedrosa, quienes durante la semana siguiente trasladan dichas quejas a los organismos responsables.
Así comienza un espacio de Radio Castilla-Cadena Ser Burgos que los domingos a partir de las 12:10 aglutina a los burgaleses antes del aperitivo alrededor de los receptores de Onda Media. “El Libro de Reclamaciones” es un clásico del panorama radiofónico burgalés creado por Julio Nieto y César Ortega hace 25 años que se basa en la participación ciudadana donde los oyentes manifiestan con absoluta libertad sus quejas ó agradecimientos sobre diferentes aspectos de la ciudad y provincia: falta de limpieza en tal ó cual calle; que si hay que poner un semáforo en Condesa Mencía; el buen trato recibido por un paciente en la planta 20 del Hospital General Yagüe; que hace falta un autobús a la puerta de mi casa, lo bien o lo mal que lo hace el Alcalde, lo lejos que está la nueva estación del tren y un largo etcétera de cuestiones que domingo tras domingo y durante cincuenta minutos son atendidas y moderadas entre otros por Teresa Melgosa, Jesús Pino ó Francho Pedrosa, quienes durante la semana siguiente trasladan dichas quejas a los organismos responsables.
En ocasiones el programa es convertido por los propios oyentes en un debate monotemático que gira en torno a temas de la actualidad local, como el nuevo Hospital “privado”, el aparcamiento de Eladio Perlado, la fusión de las Cajas, haciendo que muchas veces la cosa se caliente y haya pequeñas batallas dialécticas y polémicas entre los oyentes, que son sabiamente reconducidas por los moderadores.
Y es que todo el mundo ha participado o conoce a alguien que ha intervenido en el programa. En casa de mis padres se llega a reconocer a los que llaman:
- “Anda, pues me parece que la que está hablando ahora es mi tía, je, je”
- “Mira el vecino del cuarto”
- “Otra vez la los perros”
- “La que siempre llama gritando”
Pretendo que esta entrada sirva de reconocimiento a la labor de denuncia y participación que desde mediados de los 80 viene realizando el programa, así como de agradecimiento a Radio Castilla-Cadena Ser y a sus trabajadores por el esfuerzo que están haciendo manteniendo en antena, a pesar de las dificultades, un programa que para los que creemos en la magia de la radio hace que no se pierda esa cercanía con el oyente. Y un agradecimiento, como no, a los auténticos protagonistas que hacen posible el programa: los participantes y los oyentes.
“El libro de reclamaciones, porque hay que quejarse”
Y es que todo el mundo ha participado o conoce a alguien que ha intervenido en el programa. En casa de mis padres se llega a reconocer a los que llaman:
- “Anda, pues me parece que la que está hablando ahora es mi tía, je, je”
- “Mira el vecino del cuarto”
- “Otra vez la los perros”
- “La que siempre llama gritando”
Pretendo que esta entrada sirva de reconocimiento a la labor de denuncia y participación que desde mediados de los 80 viene realizando el programa, así como de agradecimiento a Radio Castilla-Cadena Ser y a sus trabajadores por el esfuerzo que están haciendo manteniendo en antena, a pesar de las dificultades, un programa que para los que creemos en la magia de la radio hace que no se pierda esa cercanía con el oyente. Y un agradecimiento, como no, a los auténticos protagonistas que hacen posible el programa: los participantes y los oyentes.
“El libro de reclamaciones, porque hay que quejarse”
5 comentarios:
Puestos a quejarnos o reconocer méritos de alguien, sobre algún tema, también sirven los blogs.
Las palabras se las lleva el viento, lo escrito ahí queda.
En mi casa somos fans de ese programa. Ya se que provocar la hilaridad no es el objetivo de "El libro de Reclamaciones", pero es que hay cada Mari y cada Paco suelto, que no veas las risas que nos echamos! Enhorabuena!!!
Este programa (como este blog) si no existiera habría que inventarlo. Ha hecho mucho por la resolución rápida de problemas urbanos lejos de los farragosos formularios administrativos y desidia administrativa. Un auténtico clásico bien narrado. Felicidades
Además lo escuchan muchos políticos locales. Ahora ha quedado un poco relegado al emitirse sólo en AM, mientras que en la FM tenemos a esa hora un estúpido programa desde Juntadolid para toda Castilla y León.
Había en efecto una señora que gritaba mucho (en otros tiempos era muy defensora del infame Baeza) siempre hablaba muy enfadada a todo volumen y desafiaba a otras abuelas que la respondían, volvía a llamar, éstas también daban réplica ya así pasaban la mañana despues de misa antes de ponerse con el arroz para los nietos.
"A esa ya la conozoco" decían, "Vive en la calle del Tinte, a ver si tiene narices pa decirmelo a la cara".
"!Qué mi perro seguro que está mucho mejor educado que su hijo!!!!!"
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