viernes, 11 de febrero de 2011

VINOS Y BODEGAS PERLOVÍN...


Siempre ha llevado consigo un áurea de vino peleón. Siempre se le ha tomado como un vino secundario, quizá mucho más allá de los vinos de mesa. Pero en el ámbito ochentero, en las barras baratas de los 80 y 90, a ver quien es el que no ha tomado alguna vez un "cachi" de calimocho, un zurracapote en el Arribas o simplemente unos claros "peleones" de Vinos y Bodegas Perlovín.

Creo que había un juego de palabras (que no recuerdo) que lo devaluaba todavía más. La tragedia absoluta más allá de los gustos del paladar, vino con el asesinato de uno de los hermanos fundadores en la propia empresa de Villalonquejar (uno más de los homicidios no resueltos en Burgos).

En cualquier caso el vino Perlovín o su competencia Castillejo y demás, y aquella gigantesca botella con relieves de estrellas en su estrecho cuello, que aunque la publicidad diga los contrario en un principio se hicieron retornables, guardan la esencia de las cosas auténticas.

De aquellas botellas que se volcaban sobre un gigantesco vaso blanco de plástico para solaz y disfrute de toda una generación de ochenteros, que llenaban Las Llanas pero tenían vacíos los bolsillos, que se sentaban en la Plaza de los Castaños con la mirada al frente y entre los pies, algo que posiblemente se combinaba con unos cuantos mililitros de vino Perlovín... ¡Reconócelo! ¡No digas que no...!


5 comentarios:

Pilar dijo...

Si, lo reconozco. Yo bebía vinos a 10 y 15 pesetas en Las Llanas cuando no me llegaba para más...

balint dijo...

Ojalá que algunos de los vinos que bebimos hubieran sido Perlovin...

David dijo...

Castillo de Vulpi, ese sí que era un vino peleón.
De siempre el mejor calimocho estaba compuesto del vino más barato y Coca Cola (nada de refrescos de cola o sucedáneos).

Pedro Ojeda Escudero dijo...

Curiosamente, el vino peleón era más auténtico de cada tierra.

Teresa dijo...

Juraría que en esta entrada había sugerido otro grupo para facebook...

YO TAMBIÉN BEBÍ SAVÍN ¿y qué?
A MI PLIM