El día que cayó el muro...
Esta plaza estaba llena de gente...: Los viernes..., los sábados..., también los domingos...; Soldados de caqui la ocupaban entresemana, y un poco más arriba había un bar que se llamaba -El Comunista-; Por la tarde además, mucha gente hablaba de partidos que se habían jugado días antes en sitios como Yugoslavia, como Rumanía o Moscú.
Se podían oir en las conversaciones palabras como Politburó o Telón de acero, y existía un grupo burgalés que se llamaba Kalashnikov, mientras otros cantaban esto...
El día que cayó el muro un pub que se llamaba Berlín tenía abiertas sus puertas subiendo esta cuesta, y más tarde hubo uno cerca que se llamaba Mockba y estaba repleto de estrellas rojas y negros gorros de astracán.
Luego el Berlín se llamó Contrapunto
Pero muy cerca de allí 20 años después, algo decadente y quizá carente de contenido y buscando sus señas de identidad...
Pero muy cerca de allí 20 años después, algo decadente y quizá carente de contenido y buscando sus señas de identidad...
Porque los muros siempre han sido signos de expresión. Alguien dejó escrito para siempre en el Plantío su amor a unos colores que, como los "ismos", quizá desaparecieron para siempre...
4 comentarios:
LOS DE ENTONCES, TODOS Y TODAS, NO SOMOS LOS MISMOS NI ESTAMOS EN LOS MISMOS SITIOS.
SOLAMENTE GUARDAMOS TODO AQUELLO EN UNA ESTANCIA MUY PERSONAL DE NUESTRO CORAZÓN.
LARGA VIDA.
¡Qué buena entrada, qué oportuna! En efecto: nosotros somos parte de esta historia.
Vale¡¡¡ Perfecto¡¡¡ pero se te olvida una cosa: capitalISMO, ¿no existe?
Cuando Blogochenta recurre a la nostalgia, lo borda
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