Finalmente fuiste talado y arrastrado...
A ti... que habías sido el titán desde La Quinta hasta las sierras del este.
A ti... que habías gobernado con puño de madera entre todos tus súbditos.
A ti... que habías peleado con vientos furibundos y con gélidas nieves.
Con cada golpe de sierra y con ese irrespetuoso arrastrar...
Se llevaron recuerdos de chandals azules con rayas blancas...
De zapatillas Paredes y de adolescentes corriendo bajo tu trono...
De amores furtivos en una rotonda...
Y de tu nombre... ¡Monín!.
yo a esto no le he dado muchas vueltas, ni idea.
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